Sueño 13.09.2018
- Aquilino Rizoma
- Sep 13, 2018
- 2 min read
Título: Alistarse para el próximo paso.

Estamos en una casa que no tiene salida hacia ningún lado. Estamos ahí porque nos la han cedido. No sabemos cómo llegamos ahí, ni cómo podríamos irnos, sólo sabemos que estamos un poco asustadxs porque pasan cosas muy raras en esa casa, en esa zona en realidad, porque la casa cuenta con varias hectarias de naturaleza aislada. Estamos hablando de eso un día cuando en un momento, a unx de nosotrxs nos pasa una de esas cosas bizarras. Mientras hablamos alguien se tropieza y está por caer sobre el fuego que tenemos armado pero se suspende en el aire y luego se reincorpora. En ese momento un animal aparece, es parecido a un zorro negro, y del lago que hay un poco más allá del patio donde estamos salta una anguila gigantezca que vuelve a sumergirse y desaparece sin dejar rastro. Ahí decidimos ir al ascensor que queda en el cuarto secreto de la casa. En ese cuarto especial del ascensor es el primer lugar donde vemos gente. El lugar se convirtió en el lobby de un edificio. No sabíamos qué tenía que ver el edificio y toda esa gente en lo que estaba pasando. Ahora estábamos haciendo fila para tomar el ascensor, sin saber cómo habíamos llegado al lobby, qué había pasado con la casa, ni a dónde nos llevaría el ascensor. Nos montamos y el ascensor empezó a bajar, en un punto se traba y sube de golpe. Se abre la puerta de nuevo en el lobby que está atestado de gente, con mucho ruido, y alguien desde la sección de atención al público nos aclara que eso que acaba de ocurrir es muy extraño, que ya lo arreglaron y que volvamos a intentar. No teníamos que presionar ningún botón, sólo quedarnos en el ascensor porque no había ningún tablero adentro, alguien lo comandaba desde afuera. Empezó a bajar de nuevo hasta que se volvió a detener y saltó como un resorte para arriba, hacia el mismo lobby. Ahí caímos en cuenta que nos querían mandar al infierno. Nosotrxs no queríamos eso, supimos que El Universo no quería eso y que no sabíamos a merced de quiénes estábamos. Apenas se abrió la puerta empezamos a correr, no sólo nosotrxs sino toda la gente del lobby. Nosotrxs teníamos más práctica que las otras personas porque nos encantaba hacer ese tipo de carreras por gusto. Es una carrera donde no hay escaleras ni suelo para salir sino que tenemos que trepar unos vidrios que están en forma perpendicular, los vidrios son resistentes y muy difíciles de trepar. Empezamos a trepar las pendientes de vidrio y vamos avanzando con velocidad, alguien nos pregunta cómo lo logramos, por lo de la práctica, y nos dicen que lo hacemos muy rápido; en un momento notamos que les vamos dejando atrás, y estamos ahí frente a quien tenemos que hacer la protesta o el reclamo, resulta que es un halago lo que tenemos que darle porque su energía nos está salvando, gracias a su energía se quitó el manto que estaba sobre nosotrxs y logramos escapar. Ahora estamos ahí listxs para el próximo paso.
Comments