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Sueño 09.09.2018

  • Writer: Aquilino Rizoma
    Aquilino Rizoma
  • Sep 9, 2018
  • 2 min read

Título: Suelto lo que no es mío.


Fotografía alterada de la obra de Robert Rauschenberg en el MoMa NY – Verano 2017

Una parada de autobús. Lo tomé para poder llegar hasta un aeropuerto o un lugar que me mandara lejos de donde estoy. ¿Dónde estoy? El autobús fue difícil tomarlo. Me dejó en una parada distinta a la que se suponía que me tenía que dejar. Hay nieve y es de noche. Me acompaña una voz. ¿Qué dice la voz? A veces me cuesta entender porque está en ruso, pero me habla del frío de la noche, de que me debo ir de ese lugar, y de todo lo negativo que podría sucederme en el instante presente. Después de un rato caminando viene un autobús del mismo que me había tomado y la voz me recomienda que corra hasta la parada próxima para volver a tomarlo hasta donde en realidad quiero llegar, la voz me dice que es un riesgo innecesario estar andando a esa hora en ese clima en esa fecha por cualquiera de las calles de ese lugar. Corro cuando el autobús aún está lejos. Corro con tanta energía que algo se tensa en ese momento generándose un aire cada vez más pesado y expectante, como si mi vida dependiera de esa carrera. La parada que en un principio me parecía cercana se ve cada vez más distante, y empiezo a tener el autobús encima mío, hasta que pasa de largo rugiendo su motor, y veo sus luces rojas que brillan intensamente en la oscuridad nocturna de la calle, las luces se reflejan sobre la nieve y manchan todo de rojo. Sé que no voy a lograr llegar. Ahora estoy corriendo sin esperanzas y muy cansado hacia una meta imposible y estoy como todo el cuadro del momento bañado del rojo intenso de las luces de freno, lo que dispara la sensación de ¡Peligro!, ¡Cuidado! hasta que deja de estar todo rojo porque el autobús empieza a moverse otra vez, alejándose de la acera. El cansancio de todo el rato que llevaba caminando más el esfuerzo de esa carrera a todo dar me cayó encima de sopetón llevándome a detener el ritmo casi por completo poniendo el pie con fuerza en el suelo. Perdí el equilibrio y me deslicé sobre la nieve. Sentí la sensación de vértigo en el estómago antes de volver a tomar el control de la situación. Quedé un instante parado en una posición estratégica, me incorporé con estabilidad y me cagué de la risa hasta hacer desaparecer la voz en off rusa.


 

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