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Sueño 07.10.2018

  • Writer: Aquilino Rizoma
    Aquilino Rizoma
  • Oct 7, 2018
  • 3 min read

Título: Sueño transcrito 07.10.2017


Elefante Espacial – Salvador Dalí

Pasteles de appricots. El personaje come. Sabe comer o disfruta comer. Sabores complejos, no cantidades. Gustos de mezclas, colores, aromas, no basura y chatarra. Estamos en un aeropuerto, hablamos, hay una exposición en el aeropuerto, algo para asombrar turistas, es como una exposición del MoMa o algo de un zoológico –¿cómo pueden confundirse dos cosas así en un sueño? |Magia, encanto|–, es para que no te sientas en un aeropuerto, hace que todo sea más complicado. Hablo con alguien que conozco de otra época. No sé qué hago ahí ni qué interés tengo. Me muevo hacia una de las muestras, la del elefante. Consta de dos personas, una se encarga de manejar a las personas para que no caminen por donde pueda ser un peligro para la actividad, otra está animando el show o la entrada y se encarga de hacer girar una pieza del suelo que mantiene al elefante en movimiento estático; siempre en la misma rueda, como si fuese una rata gigante. Más allá hay otras actividades pero es la que recuerdo. Así como lo que recuerdo de las comidas son los pasteles de appricots y estoy consicente de que habían muchas cosas más.


Interpretación: Según la página diariofemenino.com –es una de las que suelo revisar cuando quiero detalles específicos sobre elementos que aparecen en un sueño, hay otras páginas que también utilizo, euroresidentes, sueño.net, tusabueso.com, así como libros de interpretación de sueños que tienen que ver con otro estilo de interpretación, pero son varias las metodologías con las que me aproximo a los sueños–, soñar con elefantes implica un buen augurio, oportunidades de trabajo expansivo, mayor desarrollo y conocimiento en un área, entre otras, porque eso representa el elefante para algunas culturas, pero como el elefante está en una rueda entonces el movimiento, la expansión está estancado, estancado en el mismo lugar, hay una ilusión de expansión rondándome en ese sueño, y hay alguien creándome toda una distracción para yo quedarme allí. Todo se vuelve más embrollado porque el sueño tiene lugar en un aeropuerto, donde el elefante está precisamente para olvidarme que estoy en un aeropuerto. En el aeropuerto estoy disfrutando de una comida y una conversación con alguien a quien le tengo cariño de antes, no tengo equipaje, todo eso se puede tomar en cuenta como que necesito cambiar de rutina pero rescatando algo del pasado esencial, digo esencial porque está la comida y el encuentro pero no tengo equipajes, puedo soltar las cosas superficiales para ese viaje, pero entonces el elefante, ¿no me tengo que dejar llevar por ideas –el elefante se relaciona con esto también– para poder salir de la rueda, salir del circo, salir del aeropuerto y viajar? ¿Y qué rol juega la persona conocida? Cuando logro dejar la comida y la conversación es que me doy cuenta del elefante, veo al elefante cómo lo manipulan. Esta es otra manera de entender el sueño, para salirme de la manipulación social quizá tengo que entender que mi viaje es sin equipajes, aprendiendo a dejar atrás también la posibilidad de volver atrás y centrarme en el momento presente, que es lo que tiene que ver con el disfrute de una comida más compleja y no comida rápida, que es la que suele haber en los aeropuertos, la imposibilidad de una comida casera. Porque la comida al personaje principal al principio le interesa compleja pero cuando está conversando con la persona conocida no sabe qué hace ahí, es decir, lo de la comida era una crítica quizás a esa comida de aeropuerto a esos lugares de aeropuerto.


 

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