Sueño 01.09.2018
- Aquilino Rizoma
- Sep 1, 2018
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Título: Más que un lugar.

«Esta tierra es mi vida, es mi patria, es mi amor.» Suena en un coro la frase cuando despierto.
Estoy en un pedazo de tierra que puede ser Cuba y Venezuela y puede ser cualquier tierra del Caribe. Hay una mujer que dice que ella un día se dio cuenta de que habían otras personas viviendo en otros países pero que para ella lo único que existía y que importaba era su tierra. Y ahí nace la canción que suena en un coro al inicio cuando me despierto. Ella dice eso y va y entra en su trabajo que queda dentro de un fuerte haciendo no sé qué. Guía turística quizás. Está la visión de la edificación, de las ruinas restauradas que dan hacia el horizonte, un mar reflejando un cielo azulado de nubes carnosas bien blancas y la proyección de un sol brillante. Yo venía caminando con una amistad que la conocía y que le preguntó algo sobre la vida en ese país que compartían cuando ella respondió eso y siguió su camino. Nuestro camino también lo continuamos pero yo dejé de estar en el momento y me fui con la mirada tras ella y el paisaje, pensando en esa sensación, imaginándome esa sensación: «Esta tierra es mi vida, es mi patria, es mi amor». Algo se salía de mí y se desparramaba sobre el lugar de mi visión. Algo de mi identidad se fundía con eso que en mi mente veía y luego me asía de los pies, dándome como una raíz, haciéndome parte del paisaje. ¿Y de dónde venía? De estar huyéndole a unos locales que buscaban sacarme plata o deportarme. ¿Y de dónde venía? De querer terminar con mi estadía dentro de los límites de esas fronteras que me hacían sentir más que un extranjero un extraterrestre, un ser no deseado: todas las películas en las que un ser alienígena ataca a la humanidad toma sentido cuando piensas en cómo haríamos sentir a ese ser en nuestro mundo, seríamos una sarta de huéspedes de espanto, a menos que le diéramos un pasaporte plurinacional al recibirles si llegaran por la estación espacial de alguna NASA. ¿Y dónde estaba yo antes? Buscando como huir de ese lugar, sin tener a ningún lugar a donde ir, pero con una confianza plena en el deseo que me impulsa a salir de allí con la seguridad de que encontraré un lugar en el que no sentiré que debo escapar, donde no sentiré que me quieren echar: un lugar donde podré desparramarme sin miedo.
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